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Una de las respuestas de excitación sexual que aparece en el cuerpo de la mujer es la lubricación vaginal.

 

El flujo que se produce ayuda a proteger los genitales y facilita las relaciones sexuales. Por un lado, potenciando las sensaciones placenteras y agradables y, por otro, reduciendo la posibilidad de que aparezcan las sensaciones dolorosas o molestas por la fricción.

La mejor lubricación es la que la mujer genera de forma natural. Sin embargo, hay muchas circunstancias, generalmente relacionadas con los niveles hormonales de la mujer, en las que ésta se ve reducida o es insuficiente. Por ejemplo, en diferentes momentos del ciclo menstrual, cuando se está atravesando un periodo de estrés, si se toma alguna medicación, durante el embarazo, en la menopausia, etc.  Esto hace que disminuya considerablemente el placer o se llegue a experimentar dolor en las relaciones íntimas. Cuando esto ocurre de forma repetida, es frecuente que la mujer tienda a evitar o espaciar en el tiempo el contacto sexual, lo que repercute de forma negativa en la satisfacción con la vida sexual y con la relación de pareja.

El uso de lubricantes es adecuado tanto para potenciar la satisfacción sexual como para proteger a la mujer de las molestas consecuencias de la falta de lubricación vaginal.

 

 

Entre los beneficios que aportan los lubricantes en las relaciones sexuales encontramos los siguientes:

  • Prepara el cuerpo de la mujer para la relación sexual, protegiéndolo de lesiones debidas al rozamiento que pueden dar lugar a problemas ginecológicos.
  • Aumenta la excitación y el deseo sexual de ambos miembros de la pareja, al percibir las sensaciones vaginales de humedad.
  • Facilita los movimientos durante la penetración, lo que a su vez posibilita introducir una mayor variedad de prácticas sexuales, avivando la pasión.
  • Previene la aparición de sensaciones desagradables o dolorosas.
  • Potencia el placer sexual, tanto de la mujer como del hombre, ya que permite experimentar sensaciones más intensas.
  • Favorece una mayor duración del encuentro sexual.

 

Al incorporar de forma habitual el lubricante en las relaciones sexuales, la mujer puede sentirse más segura con respecto a la capacidad de disfrute que tendrá en el encuentro. Esto contribuye sin duda a incrementar el deseo sexual, que tiene mucho que ver con la capacidad para anticipar placer. Si la mujer sabe que al emplear lubricante en la relación sexual va a disfrutar de la misma, puede abandonarse a las sensaciones y confiar en el encuentro. Sentirse relajada con respecto a este tema es lo que le permite anticipar que lo pasará bien, y su cuerpo responderá entonces con excitación natural. Notará cómo incrementa su deseo sexual y buscará de forma más activa encuentros con su pareja.

Al incrementar el placer y el deseo en la mujer, estas variaciones introducen nuevos cambios en otros aspectos como pueden ser la complicidad dentro la pareja, y la conexión emocional y por supuesto sexual. Se trata de una mejora en el vínculo que afecta de forma positiva a los dos miembros de la pareja.

La sensación de seguridad con respecto a que la mujer va a pasarlo bien en una relación le da pie para fantasear, inventar, permitirse explorar, innovar y descubrir nuevas y diferentes formas de disfrute. Sin duda, deja espacio a la creatividad, que de forma natural puede disparar el placer subjetivo vivido en las relaciones sexuales. Nuevamente, tanto para ella, como para él.

Sin duda, cuando las relaciones sexuales mejoran, la pareja puede encontrarse positivamente y puede sentirse más unida y con mayor sensación de bienestar en la relación.

Una mujer que desea tener relaciones y que las vive de forma placentera es muy apetecible para su pareja. Los varones disfrutan del deseo de sus mujeres. Sin duda, un hombre se sentirá más atraído por una mujer que disfruta del sexo libremente y sin complicaciones, con seguridad y confianza en la que lubricación va a ayudar y favorecer la relación.

Finalmente, hay dos aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de lubricante que vamos a emplear: la composición del lubricante (se recomienda que sea de base acuosa, hipoalergénico y similar a la lubricación natural) y la compatibilidad con el uso de métodos anticonceptivos (que no dañe ni altere el preservativo).  De esta manera podremos estar tranquilas, seguras y centrarnos únicamente en vivir experiencias sexuales agradables.

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